Merci
Janina enjabonaba los platos sucios de la
cena en el fregadero, mientras miraba por la ventana de la cocina. La enorme
luna llena iluminaba la noche, a pesar del temporal de lluvia y viento que
había comenzado a media tarde.
De repente, soltó el plato que tenía en la
mano y se hizo añicos al caer al suelo. Corrió a la despensa y cogió dos
garrafas de agua mineral. Sacó la olla más grande que tenía y la llenó casi
hasta arriba mientras ponía el agua a cocer. Luego cogió un paquete de vasos de
plástico y buscó en la alacena un bote de cubitos Maggi, los cuales echó por
completo al agua que empezaba a hervir y apagó el fuego. Normalmente utilizaba
un cubito disuelto en una taza pero pensó que echándolo entero estaría mas
concentrado. Tras disolverlos bien, cogió un embudo y llenó las garrafas, las
cogió y salió apresuradamente a la calle.
Cruzó bajo la lluvia la carretera que la
separaba de la playa y al pisar la arena, le pareció que las luces de la
patrulla de la Guardia Civil que había visto desde su ventana, iluminaban más
ahora el inmenso océano. Justo cuando llegó a la orilla, comenzaban a salir del
agua. Empezó a llenar los vasos de plástico con el caldo revitalizante que aún
humeaba y se los fue entregando a los hombres que salían mojados y temblorosos
del agua. Al poco, comenzaron a llegar otras mujeres con garrafas iguales que
ella y varios hombres con mantas. Unos metros a su derecha estaba Juan, su
vecino de arriba, que acababa de poner una manta sobre los hombros de una niña
pequeña, que estaba arrodillada con la cabeza mirando hacia la arena. Ya no
salía nadie del agua y Janina se acercó a la niña que parecía ser la mas joven
de la patera. En cuclillas frente a ella, le tendió un vaso de caldo caliente y
le preguntó su nombre. La niña, temblorosa, cogió el vaso y levantó lentamente
la cabeza para mirar a Janina. Sus grandes ojos claros hacían un extraño
contraste con su oscuro tono de piel y estaban llenos de lágrimas. Mirando
fijamente a Janina abrió sus pequeños
labios azulados por el frío y dijo:
- Merci.
Fotografía: Pixabay. Texto: Carlos M. Todos los derechos reservados. |
Charly estas hecho un fenómeno!!!!
ResponderEliminarGracias brother!!
EliminarUn relato entrañable sobre una cuestión demasiado actual desgraciadamente, narradas con tu particular estilo directo, desprovisto de ornatos inútiles y que alcanzan su objetivo: el sentimiento del lector. Felicitaciones Carlos.
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